Cambian los árboles, se caen las hojas, se prepara Gea para dormitar en un lecho tibio, la naturaleza entera bosteza y busca su refugio mientras espera el invierno llegar. Pero antes se respiran las últimas fiestas que nos regalan las aves, absorbiendo los rayos del sol desde la copa del más alto de los pinos. Se visten las nubes con los rayos amarillentos, desgastados del sol que se esfuerza por un último aliento caliente. Miradas somnolientas, movimientos suaves al compás de la brisa, caminatas crujientes... el otoño es como esa manta que nos arropa antes del invierno!
Comenzando en el arte de coser junto a mamá.