A veces donde menos te lo esperas aparece la motivación. Puedes darle la excusa que deseas, buscarle la explicación que quieras, pero cuando viene a vos esa luz... no hay por donde escapar. Los problemas existen, hay que aceptarlos, pero es tu actitud ante ellos lo que hace que puedas superarlos o no. Y siempre... SIEMPRE... hay una luz luego de la tormenta . Puedes poner mala cara, enojarte, entristecerte. Eso sólo logra que el problema te agobie más y te haga pensar que crece cada segundo un poco más. Pero si sonríes un momento, de a poco vas a ver que te contagias. La sonrisa es como una gota en el mar , que se agranda con sus ondas. Esa sonrisa te llena de energía, y de a poco vas a ver como brilla el sol. Ese consejo me lo dio una amiga muy querida cuando más triste estabas: si sonríes un poquito vas a ver que te vas a ir contagiando de alegría y los problemas serán más llevaderos. Y así fue... y así sigue siendo. Los lugares pueden traerte ese aire nuevo que...
Comenzando en el arte de coser junto a mamá.