A veces donde menos te lo esperas aparece la motivación. Puedes darle la excusa que deseas, buscarle la explicación que quieras, pero cuando viene a vos esa luz... no hay por donde escapar.
Los problemas existen, hay que aceptarlos, pero es tu actitud ante ellos lo que hace que puedas superarlos o no. Y siempre... SIEMPRE... hay una luz luego de la tormenta.
Puedes poner mala cara, enojarte, entristecerte. Eso sólo logra que el problema te agobie más y te haga pensar que crece cada segundo un poco más. Pero si sonríes un momento, de a poco vas a ver que te contagias. La sonrisa es como una gota en el mar, que se agranda con sus ondas. Esa sonrisa te llena de energía, y de a poco vas a ver como brilla el sol.
Ese consejo me lo dio una amiga muy querida cuando más triste estabas: si sonríes un poquito vas a ver que te vas a ir contagiando de alegría y los problemas serán más llevaderos. Y así fue... y así sigue siendo.
Los lugares pueden traerte ese aire nuevo que necesitabas, o esa luz que no encontrabas. Y no importa donde sea ni que significado quieras darle. Siéntate y recibe ese brillo del sol, esa comunión con uno mismo. ¿Qué mejor que aprender a estar en silencio con uno mismo? Esa paz sólo la puedes encontrar dentro tuyo. Y verás que de a poco todo toma un tinte diferente... Como si pintáramos el mundo de amarillo...
Los invito a ver mi nuevo video sobre San Expedito. Un viaje que hicimos a conocer esta ermita cerca de mi pueblo. El lugar es en monte Comán, un pueblo que ha ido creciendo gracias a este santuario, el cual es un predio que en pocos años se fue expandiendo recibiendo visitas desde muchos lugares.
Es un espacio que invita a la comunión con uno mismo y con Dios. Y no solo para los creyentes, sino que es un lugar donde se siente paz... mucha paz
Besos... Ga!
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por ser parte...